El origen exacto de esta ganadería es difícil de conocer debido a su antigüedad, ya que no se han encontrado documentos que nos faciliten la fecha exacta de su fundación. La primera referencia, sin embargo, la encontramos en el manual “Doctrina del cavallo, y arte de enfrenar dedicada al Serenísimo Sr. Don Juan, Príncipe de Portugal del Brasil”. Gracias a él sabemos que ya en el año 1731 existían ejemplares de este hierro en las caballerizas de las cortes reales y que eran utilizados para la monta de la familia real en importantes eventos celebrados en dicha corte.
En 1852 el número de ejemplares fue aumentando con un lote de yeguas de Don Joaquín Fernández de Peñaranda, llegando a tener 100 yeguas de vientre.
Entre los caballos de silla del rey Don Carlos de Portugal y en los depósitos de sementales de esa nación se encontraban siempre ejemplares de la ganadería. Durante la República portuguesa, en 1920, se adquirieron los potros de tres años “Aficionado” y “Escamadillo” para llegar a ser sementales del Estado. Con este mismo fin, el Gobierno español adquirió también, en 1914 y 1923 respectivamente, el potro “Naranjito” y el caballo “Damasquino”.
Desde 1902 hasta 1969 fue Don José Luis de la Escalera y Vasco quien se hizo cargo de la ganadería sucediendo a su padre Don José María de la Escalera.
Entre los destinos de sus ventas podemos destacar la Escuela de Viena, sementales del ejército, Cuerpo de Policía de Barcelona, la remonta, la yeguada militar y a nuevos ganaderos que hoy gozan de prestigio.
Esta ganadería, de capa castaña y negra, va a ser guiada con gran conocimiento y maestría por el esposo de la titular, Don Manuel de Novales Vasco (q.e.p.d.) hasta la fecha de su fallecimiento en trágico accidente de tráfico el día 16 de enero de 1991. A raíz de esta inesperada y sentida pérdida, su esposa, quien da nombre a la ganadería, toma el relevo con el objetivo de continuar lo mejor posible el proyecto que su marido había dejado sin completar. Sigue por tanto la misma línea trazada que éste, consistente en una cuidada selección de sus ejemplares que conserve la morfología y funcionalidad dentro de la pureza y belleza del P.R.E.
En definitiva, PRESTIGIO, ANTIGÜEDAD y CALIDAD son las palabras que mejor definen a esta legendaria ganadería.